La macro vuelve a ocupar el principal puesto en las preocupaciones inversoras

La sesión comenzaba con nuevas caídas en las bolsas asiáticas (entorno al 1%) ante el miedo de los inversores por la ralentización económica a nivel global. Los datos PMIs que se conocían en la región no eran positivos, situándose en algunas economías como la australiana en niveles de recesión, lo cual acrecentaba estos miedos.
Antes de la apertura de las bolsas europeas, y en un plano nacional, se conocían los datos de empleo español en el mes de abril. El resultado fue de una caída del paro en 83.599 personas frente a un descenso esperado de 86.600. Aumentan los afiliados en la seguridad social en 158.038. Datos positivos, aunque ligeramente por debajo de las expectativas, que no tuvieron impacto en los mercados.
La apertura de las bolsas europeas fue prácticamente plana, algo mejor en el caso español donde el Ibex subía unas dos décimas porcentuales. El volumen era bajo, con los inversores a la espera de los datos del sector servicios.
Estos en promedio se situaron en línea con las previsiones. El PMI servicios de la eurozona en abril era de 53,1 puntos en línea con lo esperado. Por países:
España 55.2 máxima en 3 meses
Alemania 53.6 (flash: 53.8) mínima en 11 meses
Italia 53.1 máxima en 2 meses
Francia 50.2 (flash: 50.5) máxima en 3 meses
Chris Williamson, economista jefe de Markit y encargado de la elaboración de los datos, señala tras los mismos: "Los datos finales del PMI confirman la estimación flash precedente en el sentido de que la economía de la zona euro creció a una tasa anual constante pero poco espectacular del 1.5% al inicio del segundo trimestre. El crecimiento sostenido, aunque moderado, de la eurozona contrasta con la desaceleración observada en Estados Unidos y Reino Unido, sugiriendo que el estímulo más agresivo del BCE está ayudando a mantener la recuperación. Las cifras del estudio también indican que la demanda interna dentro de la zona euro se está recuperando, y junto con una moneda más débil, está ayudando a compensar la débil demanda del exterior."
Estos datos no tuvieron efecto en el mercado.
Sí lo tuvo por el contrario el dato de ventas minoristas de la eurozona en marzo. La caída fue del 0,5% frente un descenso esperado del 0,1%. Tras el dato los inversores incrementaron su presión vendedora que provocaba que los descensos en el Eurostoxx 50 se acercaran al punto porcentual a media sesión.
Descensos que se incrementaron tras el informe de creación de empleo ADP en EE.UU. en el mes de abril que se situó claramente por debajo de las previsiones.
Poco después se publicaba la productividad no agrícola en EE.UU. en el primer trimestre, con una caída del 1% frente -1,4% esperado, el PMI del sector servicios en abril por encima de lo estimado y los pedidos de fábrica en el mes de marzo que superaban las previsiones.
Los índices de Wall Street se adentraban claramente en terreno negativo tras esta batería de datos macro, que en promedio decepcionaron a los analistas, y provocaban que las bolsas europeas cerraran cerca de mínimos de la sesión.
En resumen, jornada eminentemente macro que ha valido para reforzar la idea de que la situación económica a nivel mundial está débil. Los inversores han reaccionado con ventas ante este pesimista escenario.