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Fed: el que avisa no es traidor
Los primeros indicadores para el segundo trimestre de 2016 en EEUU han venido sorprendiendo de forma positiva al mercado a lo largo de las dos últimas semanas. El dato de producción industrial de abril señaló que la fase de desaceleración del sector manufacturero estadounidense podría haber terminado.
Si bien en términos interanuales el registro aún permanece en terreno
negativo (-1,1% en abril), sí muestra señales de estabilización tanto en
estos términos (-1,9% i.a. en marzo) como en tasa intermensual (+0,7%
frente al +0,3% esperado).
La estabilización del sector
industrial, unida a notables cifras de actividad en el área de la
inversión residencial (las viviendas iniciadas avanzaron un 6,6% m/m en
abril, doblando las expectativas) y los buenos registros contemporáneos
del sector servicios (ventas minoristas y confianza del consumidor), son
ingredientes que apuntan a que se estaría cocinando un dato de
crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año en línea con el
potencial de la economía americana (entre el 2,5% y el 3% anualizado).
La
lectura, en clave de política monetaria. Las actas de la última reunión
de la Reserva Federal publicadas la semana pasada, menos acomodaticias
de lo esperado por el mercado, volvieron a reiterar que las puertas a
una subida de tipos a mediados de junio permanecen abiertas en función
de los datos que se vayan publicando hasta esa fecha. En consecuencia,
el mercado ha elevado sus expectativas de tipos cotizadas en las curvas
de futuros, elevándose las probabilidades de una subida en junio desde
un 4% hasta un 30%.
La creación de empleo a un ritmo elevado
durante un periodo prolongado en EEUU ha provocado que la tasa de paro
se sitúe por debajo del 5% los últimos meses. Sin embargo, si bien la
tendencia de los salarios ha sido un aumento continuado, su evolución ha
sido errática. Todo ello ha conducido a un debate respecto a la
proximidad del pleno empleo en EEUU. La importancia de este debate para
el mercado es sustancial. Si nos situamos actualmente en la tasa de paro
de pleno empleo, la capacidad para que el crecimiento de la economía de
EEUU se acelere es reducida, ya que sólo lo hará mediante aumentos en
el crecimiento potencial. Además, en esa situación cabría esperar un
repunte continuado de los salarios que podría provocar un aumento de la
inflación. La consecuencia es que la Fed se vería obligada a subir
tipos.
En este contexto, la creación de empleo se convierte en un
indicador secundario para la Fed, que mirará más de cerca la evolución
de los salarios. De esta forma podrá dilucidar si la desaceleración del
empleo que podría venir a partir de ahora se debe a factores de oferta, y
por tanto sería inflacionista, o de la demanda, que no presionaría la
inflación. En el periodo 2011-2014, ante sorpresas positivas en el dato
mensual de creación de empleo, la TIR a 2 años aumentaba, ya que el
mercado anticipaba un endurecimiento de las condiciones financieras por
parte de la Fed. Sin embargo, en el periodo 2015-2016, las sorpresas en
el dato de creación de empleo no se han trasladado a tipos de la misma
forma. Esto se debe a que el mercado presta más atención a los salarios
que al empleo.
La evolución de los salarios parece sugerir que
comienzan a observarse tensiones por el lado de la oferta. El aumento de
los salarios se ha observado en todos los sectores. En el sector
manufacturero y en el minero, que han sufrido shocks adversos como la
apreciación del dólar estadounidense y bajadas del precio del crudo,
parece que buena parte del exceso de capacidad derivado de estos shocks
se ha eliminado, ya que los salarios en estos sectores han repuntando
recientemente. Un motivo por el cual los salarios no han repuntado de
forma más agresiva puede deberse a la baja tasa de actividad: en la
medida que se debe a la existencia de trabajadores desanimados, que
volverán al mercado laboral cuando observen que las perspectivas han
mejorado, la consecuencia sería que la vuelta de estos trabajadores
presionaría a la baja los salarios y, además, permitiría aumentar el
crecimiento ya que aumentaría la capacidad productiva de la economía.
Sin
embargo, buena parte de la bajada de la tasa de actividad se debe al
envejecimiento de la población, que podemos considerar estructural.
Consecuentemente, el margen para que repunte la tasa de actividad por un
retorno de trabajadores desanimados es limitado. La descomposición de
la tasa de actividad sugiere que su margen de mejora es reducido, de
forma que las presiones salariales podrían tener cierta continuidad.
Renta Variable. Neutral
El
sector bancario en EEUU en lo que va de año muestra un claro peor
comportamiento relativo frente al índice general del mercado (S&P
500). Este comportamiento no es muy dispar al exhibido por la banca
europea frente al EuroStoxx. Hay motivos comunes que pueden justificar
el paralelismo, como la presión regulatoria y tipos de interés de
intervención históricamente bajos ante una recuperación económica
moderada. Pero hay argumentos para albergar un mayor optimismo respecto
al sector bancario americano a partir de ahora. El crecimiento del
crédito se conjuga con márgenes de negocio (spread de rentabilidad)
decrecientes pero aún cercanos al 4,5%. Ello se debe a la estructura del
activo, donde prima el tipo de interés fijo. Como resultado, mayores
ROE y ROA. Una reflexión final, que también favorece al sector bancario
en EEUU, radica en la combinación de un escenario de crecimiento
económico cercano al potencial (mora contenida en niveles bajos, salvo
excepciones sectoriales), con una Fed embarcada en una senda muy gradual
de subidas de tipos que permite augurar pendientes potencialmente más
altas entre tipos cortos y largos.
Renta Fija. Negativo
En
un entorno de política monetaria algo menos acomodaticia en EEUU, y sin
esperar que el BCE tome medidas adicionales, el alza de los tipos puede
tener continuidad. En Europa, los bajos tipos a largo plazo descuentan
un escenario de estancamiento que no es nuestro escenario.
Consecuentemente, recomendamos mantener posiciones cortas en el bono
alemán a 10 años.
Divisas. Positivo
El
toque de atención a un mercado excesivamente complaciente con la Fed
refuerza nuestra apuesta por la apreciación de fondo del USD frente al
EUR.
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