José Luis Martínez Campuzano de Citi

¿Saben la respuesta?

Capitalbolsa | 08 feb, 2016 19:10
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La creación de empleo USA en enero estuvo por debajo del promedio reciente, en 150 m. empleos creados frente a cerca de 200 m. antes. Sin duda, una cierta decepción pese a que la diferencia en términos de empleo privado no fuera tan elevada. Pero, al menos, el resto de los datos conocidos fueron menos inquietantes: la tasa de desempleo perforó a la baja la barrera del 5 % hasta el 4.9 % cuando los salarios por hora trabajadas subieron más de lo previsto con una tasa anual de crecimiento del 2.5 %. Esto sin contar con un ligero aumento de la tasa de actividad. ¿La lectura del mercado? Positiva inicial, negativa más tarde y muchas dudas a final.

Menos empleo al previsto, pero aún elevado nivel de empleo considerando el debate actual sobre si la economía USA esta cerca del pleno empleo y el riesgo en términos de una recuperación de la inflación con origen en los potenciales cuellos de botella a nivel salarial. Antes de que se comiencen a inquietar les diré que es un debate que viene de lejos al que la Fed (y el resto del mercado) no ha encontrado respuesta clara hasta el momento. De hecho, la mayoría de los bancos centrales de países desarrollados siguen hablando de la existencia de slack económico en sus economías que llevan a minusvalorar los riesgos de inflación y aplazan la posibilidad de subir los tipos de interés. Estoy hablando del BOE en mayor medida y hasta de la FED. Y si esta explicación no les convence mucho, les diré que otra argumentación se centra en el aplanamiento de la Curva de Phillips que llevaría a menores crecimientos salariales de lo normal pese a la mejora clara en el desempleo.
¿Un debate demasiado teórico? Les advierto que no es el único al que nos enfrentamos en estos momentos al estudiar el escenario actual. Por ejemplo, no hace tanto tuve una interesante discusión en una conferencia sobre las razones de por qué la fuerte inyección de liquidez desde los bancos centrales no se había traducido en inflación. Por mucho que yo alegará que inyectan liquidez y no dinero (la regla monetaria identifica la creación de dinero con el crecimiento nominal de la economía), lo cierto es que a mi interlocutor que desconfiaba no le faltaba razón. Aunque sí carecía, yo tampoco la tengo del todo, de información: los procesos de saneamiento en las economías, la mala asignación del dinero y la propia distorsión de los mercados. Todo ello cuando de forma paralela la incertidumbre deteriora las expectativas de inflación y hemos tenido un verdadero derrumbe de los precios externos. Recuerden que los del crudo bajaron un 25 % en el último trimestre del año pasado y otro tanto en lo que llevamos de año. Complicado, sin duda. Aunque esto no significa bajar la guardia sobre potenciales riesgos inflacionistas en un futuro que, hoy por hoy, sigue siendo muy incierto.
De hecho, parte de esta incertidumbre futura se deriva de la propia actuación de las autoridades económicas mundiales. En definitiva, también hay debates que pueden llegar a ser muy acalorados sobre las siguientes cuestiones:
* ¿Nos enfrentamos a una nueva burbuja en las rentabilidades de la renta fija en países desarrollados?
* ¿Son sostenibles los niveles actuales de deuda pública?
* ¿Qué consecuencias tendrá en el futuro la normalización monetaria de tipos y cantidades?
* ¿Qué futuro tiene el sector financiero bajo unas condiciones financieras como las actuales?
* ¿Los bancos centrales realmente pueden controlar a los mercados financieros de forma indefinida?
Realmente, ya les he advertido alguna vez que una de mis pesadillas es que la política extrema de las autoridades tuviera finalmente éxito en recuperar la economía y la inflación. Sólo pensar en la subida de tipos de interés de la deuda en un contexto de máximo (sí, por encima en conjunto de los niveles de 2008) endeudamiento mundial produce escalofríos. Pero no menor inquietud produce el hecho de ver que en los países que han tenido "éxito" en el saneamiento del sector financiero y recuperación económica la deuda pública no ha dejado de crecer superando continuamente récords pasados. La economía norteamericana, uno de ellos, sin duda plantea numerosos interrogantes a la Fed: más de cinco años en expansión, con inflación y expectativas de inflación bajas, stock de capital en niveles de los noventa y consumo limitado. Piensen ahora en este último componente de la demanda: empleo creciendo a ritmos del 2 %, salarios al alza por encima de este porcentaje, riqueza financiera con mercados financieros (y precios de la vivienda) al alza y especialmente el fuerte aumento de la renta disponible derivado de la caída de los precios del crudo.....¿por qué no aumenta más el consumo? De hecho, a finales del año pasado veíamos como decrecía de forma inesperada en el caso de los bienes duraderos. ¿Qué falla? Salvo, naturalmente, que todo lo anterior se traduzca en un fuerte aumento a principios de año. Veremos los datos de ventas de consumo de enero esta misma semana.
¿Me he dejado más cuestiones sin resolver? Sin duda que sí. Pensemos en el Referéndum británico, en la dificultad (o imposibilidad) de convertir el Euro en una zona monetaria óptima y pensemos especialmente en la política/geopolítica que ocupa nuestros pensamientos desde hace meses. El sábado por la noche hablaba de todo esto en un restaurante, sobre el potencial impacto del impasse político sobre la economía. Muchos de mis contertulios admitían que las cosas no iban bien, anticipando que esto ya estaba afectando al consumo e inversión. El restaurante por cierto estaba completamente lleno. ¿Alguien se lo explica?.

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