Ahora es un buen tiempo para mantener liquidez en las carteras

Capitalbolsa | 24 nov, 2015 16:24
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Las señales recientes del Banco Central Europeo y la Reserva Federal han vuelto a encender los análisis sobre las políticas monetarias divergentes entre los dos bancos centrales más influyentes del mundo.

Las implicaciones a corto plazo para los inversores incluyen un dólar más fuerte, una mayor volatilidad de los mercados de capital y un rango más amplio de los diferenciales de tasas de interés. Las consecuencias a largo plazo todavía están en juego. La actitud de ambos bancos sugiere que los inversores deben revisar la idea general que señala que mantener dinero en efectivo es un desperdicio.
Tras la reunión de la semana pasada, la Fed señaló que, contrariamente a las expectativas del mercado, todavía podría subir tipos en diciembre. Lo hizo de forma implícita, restando importancia a las preocupaciones sobre la inestabilidad económica y financiera internacional que antes había provocado que el banco central no elevara las tasas. Y también lo hizo explícitamente, al referirse al proceso de "determinar si será apropiado elevar el rango objetivo [de la tasa de fondos federales] en su próxima reunión".
Estas señales contrastan con lo que dijo el BCE la semana anterior. Mario Draghi, presidente del BCE, indicó la disposición del Banco Central para aumentar su programa de compra de activos para contrarrestar la debilidad económica y las presiones deflacionarias.
"Estas declaraciones vuelven a traer a la palestra la divergencia política que, en los últimos meses, se había visto sido silenciada por los acontecimientos en los mercados emergentes", señala el economista jefe de Allianz, Mohamen El-Erian, en un artículo en Financial Times. "El debilitamiento del crecimiento económico se hizo evidente en los mercados emergentes durante el verano, con todas las economías de importancia sistémica en desaceleración (incluida China) y dos de ellas en recesión (Brasil y Rusia). Las subsiguientes dislocaciones de los mercados financieros dieron la alarma en ambos lados del Atlántico, en vista de las preocupaciones sobre los efectos secundarios desfavorables. Con esto, la Fed no tenía más remedio que mantener tipos y entonar un discurso cauteloso.
Ahora que los mercados emergentes se han calmado un poco - ayudados en parte por el estímulo monetario adicional chino - la Fed se siente más cómoda con la divergencia con otros bancos centrales. Tal divergencia alimentará la apreciación del dólar, especialmente frente al euro. El diferencial entre los rendimientos de la deuda de Estados Unidos y del gobierno alemán se incrementará.
La percepción de una retirada del apoyo de la Fed provocará desencadenará episodios más frecuentes de volatilidad en los mercados de acciones.
Las consecuencias a largo plazo son más difíciles de precisar. Será difícil de mantener esta divergencia política en el tiempo dada la gran interconexión, así como por el rechazo de Estados Unidos para permitir que su moneda se lleve la carga del proceso de ajuste. O bien la Fed se verá obligada a revertir el curso de su política monetaria ya que la economía de Estados Unidos se verá presionada por la debilidad persistente en Europa y el mundo emergente; o, una respuesta política más amplia de Europa revigorizará el crecimiento allí, lo que permitirá que el BCE inicie su propio proceso de normalización de política monetaria.
En respuesta a estas consideraciones, los inversores deben revisar la idea general de que el efectivo se considere un "activo perdedor" que no tiene un lugar legítimo en las carteras. En su lugar, este es un mundo en el que un buen colchón de efectivo en las carteras tiene sentido tanto por razones estratégicas como tácticas.
En el corto plazo, coloca los inversores en una buena posición para entrar en los mercados ante las inevitables correcciones. Como hemos visto en varias ocasiones este año, podemos asistir a fuertes ventas en acciones sólidas y bonos por la debilidad de otros activos, especialmente dada la poca liquidez en algunos mercados.
En el largo plazo, un colchón de efectivo ofrece a los inversores un elemento importante de resistencia en un momento de auténtica incertidumbre. No está claro si la economía global ganará tracción, validando así los elevados precios del mercado, o descenderá ante una caída del crecimiento mundial y una inestabilidad financiera por el fracaso de los bancos centrales."


Fuentes: Mohamed El-Erian
Carlos Montero
Lacartadelabolsa

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