Carlos Montero

Descifrando la subida de los bonos

Capitalbolsa | 23 may, 2015 09:32
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¿Ha finalizado el mercado alcista de tres décadas en los bonos gubernamentales? Si fuera así, ¿sería algo bueno o malo? La respuesta a la primera pregunta es que parece bastante probable que el rendimiento del 0,08% marcado por el bono alemán a 10 años haya sido un mínimo de la tendencia. La respuesta a la segunda pregunta es que sería algo bueno, pero con matices. Sugeriría que el miedo a la deflación y a la desintegración de la eurozona se está desvaneciendo. Al mismo tiempo, este rebote no significa que vayamos a ver un rápido aumento de los rendimientos. Lo mejor sería ver una subida moderada de los rendimientos. Esto es también lo que espera el mercado.

Los rendimientos de los bonos públicos de las grandes economías avanzadas alcanzaron su punto máximo a principios de 1980: en Japón estaban cerca del 10%, en Alemania en el 11% y en EE.UU. y el Reino Unido en el 15% y 16%, respectivamente. Luego vino el prolongado descenso. Las tasas en Japón habían caído por debajo del 2% a finales de la década de 1990. Los rendimientos en los otros tres países estuvieron entre el 3% y 6% antes de la crisis, sólo para caer mucho más después.
 La teoría sugiere que las tasas de interés a largo plazo debería ser un promedio ponderado de las tasas de interés esperadas a corto plazo, además de una "prima de plazo", como Ben Bernanke, el ex presidente de la Reserva Federal, sostuvo recientemente en un blog. Normalmente La prima debe ser positiva, incluso en la ausencia de riesgo de impago. Los valores a largo plazo tienen más riesgo que los de corto plazo, debido a que sus precios son volátiles.
 La caída de los rendimientos de los bonos tiene una explicación razonablemente clara. Hasta mediados de la década de 1990, el factor causal predominante fue el colapso de la inflación. Desde finales de la década de 1990 hasta la crisis, la explicación principal fue una disminución en las tasas de interés reales a largo plazo desde un poco por debajo del 4% a un poco por encima del 2%.
 Desde la crisis, el factor dominante ha sido una caída más marcada en las tasas de interés reales. Estas están cercanas a cero en el Reino Unido y Estados Unidos. En Estados Unidos y Gran Bretaña los analistas esperan que los precios sigan subiendo modestamente, en línea con los objetivos, aunque no en Japón. Las recientes medidas políticas monetarias del Banco Central Europeo están diseñadas para mantener las expectativas de inflación en la zona euro. Mientras tanto, la prima de riesgo sólo puede ser estimada. En el largo plazo, ha sido volátil. Las estimaciones de la Reserva Federal de Nueva York sugieren que ahora está cercana a cero
 Muchos piensan que las compras de los bancos centrales son la causa dominante de los bajos rendimientos. La evidencia sugiere que esto no es cierto, aunque es un factor. Mucho más importante es la expectativa de que las tasas de corto plazo se mantendrán bajas.
 Entonces, ¿qué podría suceder ahora? Cabe recordar los siguientes puntos (vía Financial Times):
 1) Los rendimientos nominales y reales son muy bajos en todos los países con altos ingresos. Por lo tanto, es más probable que suban a que caigan desde los recientes niveles, a menos que el crecimiento sostenido a largo plazo y la inflación positiva hayan terminado.
 2) Los rendimientos son sorprendentemente bajos en los países del centro de Europa. Si el BCE tiene éxito con sus esfuerzos y la recuperación sigue ganando ritmo, entonces los rendimientos deberían subir mucho. Lo mismo debería ser cierto para Japón.
 3) Sin embargo, los vientos en contra después de una crisis - entre ellos, los altos niveles de endeudamiento de los hogares - son fuertes. También es importante la desaceleración económica en China. Así, la tasa de interés real de equilibrio mundial es probable que siga siendo baja en términos históricos durante un tiempo bastante largo.
 4) sólo habría que esperar fuertes subidas en las tasas de interés esperadas a corto plazo y así en los rendimientos a largo plazo, si hay una fuerte recuperación (lo que haría aumentar los rendimientos reales) y así tal vez un fuerte aumento de las expectativas de inflación. Esto es posible. Pero parece poco probable. Si una fuerte subida en los rendimientos es buena o mala depende principalmente de si se debe a un optimismo sobre la economía real o un pesimismo sobre la inflación.
 Por último, caídas en los rendimientos nominales y reales por debajo de los niveles recientes implicaría una vuelta a la deflación. Los bancos centrales pueden y van a evitar eso: nunca digas nunca, pero esto parece muy poco probable.
 En resumen, la gran caída y los colapsos recientes en los rendimientos nominales y reales en los activos seguros están cerca de su fin. Hay que esperar eso. Nuevos descensos serían altamente preocupantes. Al mismo tiempo, una vuelta rápida hacia niveles considerados normales parece poco probable y, sin duda, crearía cierta inestabilidad. Este podría ser un punto de inflexión. Pero, dadas las incertidumbres, sería mejor si los rendimientos suben lentamente.


 
Fuentes: Martin Wolf, Financial Times
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