El difícil manejo de las expectativas de inflación
Por un lado, ayer la OCDE dio oficialmente
la bienvenida a la ampliación de las medidas expansivas decididas dos semanas
atrás.
Por otro, lamentó la reciente decisión del
Gobierno de aplazar en el tiempo la anunciada segunda subida de impuestos sobre el consumo. Esta
decisión puede poner en riesgo la credibilidad sobre la estrategia de credibilidad fiscal a medio
plazo.
¿No perciben una cierta contradicción entre ambas valoraciones? De hecho, la propia
OCDE más tarde admite que los riesgos derivados de la falta de disciplina fiscal pueden poner en
cuestión el propio objetivo de inflación. De hecho, que se exceda finalmente el 2.0 % de forma que
conlleve tensiones de tipos y nuevos riesgos para el crecimiento.
Con todo, la OCDE
tampoco se acaba de convencer de que finalmente se consiga en 2015 alcanzar el objetivo de inflación
del 2.0 %. Nosotros hemos revisado al alza la previsión de crecimiento para los dos próximosaño en
medio punto, hasta el 0.9 % y 1.7 % en 2015 y 2016. Detrás de esta decisión hay tres factores: 1. La
propia decisión de aplazar la subida de impuestos; 2. La fuerte subida de las bolsas y caída del
JPY; 3. La caída de los precios del crudo y otros precios de commodities. Pero el efecto de bajos
precios externos, pese a la caída del JPY, podría mantener la inflación el próximo año en niveles
del 1.0 %.
¿Significa esto que el BOJ podría de nuevo ampliar las medidas monetarias
expansivas? ¿y por qué no? De hecho, ayer mismo Kuroda reiteraba que los realmente importante en
estos momentos es ser firme en la persecución del objetivo de inflación. Ser creible, afectando de
esta forma a las expectativas de inflación.
Pero, ¿qué papel asume el JPY en esta situación? La
caída de la moneda sin duda ha sido hasta el momento bien valorada, no como un objetivo en si mismo
pero más bien como una consecuencia de la política monetaria expansiva que ayuda a luchar contra la
deflación. Entonces, ¿por qué desde el Gobierno y desde el BOJ se lanzan mensajes contrarios a que
siga su descenso? El propio Kuroda también mencionaba ayer que el JPY debe evolucionar en función de
los fundamentales. Pero, ¿esto es bueno o malo para la moneda? Más tarde reiteraba que su caída
tiene conseciencias negativas en términos de la renta disponible de las familias y para los
beneficios de las pequeñas/medianas empresas de servicios y manufactureras. Dicho esto, ¿puede el
BOJ seguir expandiendo su base monetaria al mismo tiempo que limita la caída del JPY? Sin duda,
favorece a las expectativas de inflación. Pero, en paralelo perjudica a las expectativas de
crecimiento y puede deteriorar aún más la propia credibilidad en la consolidación
fiscal.
El JPY se ha depreciado más del 40 % en algo más de dos años. ¿Les parece
mucho? Recuerden como antes de la Crisis se cruzaba en niveles de 123 USDJPY frente a los 118 USDJPY
en la actualidad. Pero hay mucho más: a finales de los ochenta se cotizaba por encima de 250 USDJPY.
Sin duda, eran otros tiempos dominados por la deflación en plena crisis económica/financiera
japonesa y fuerte crecimiento mundial. La apreciación nominal compensaba la mejora de competitividad
interna. Pero ninguna de las medidas dispuestas durante aquella época lograron superar el escenario
de estancamiento/deflación hasta que llegó el Abenomics, bendecido por tanto a nivel interno como
también internacional. Aunque, con el paso del tiempo se han observado las consecuencias no deseadas
al mismo tiempo que se aplazaba la consecución de los objetivos. Es el error de identificar sólo el
Abenomics con la política del BOJ de expandir la base monetaria sin límite. No tanto por la propia
política del BOJ, como que el límite efectivo a su aplicación dependía precisamente del éxito de las
medidas fiscales y reformas estructurales para aumentar el crecimiento potencial.
He leído en
un artículo de opinión una estadística que me aterra: una subida hasta el 2.0 % de la rentabilidad
del 10 años obligaría al Gobierno japonés a destinar más del 80 % de los ingresos (actuales...es lo
que tiene extrapolar) a pagar la deuda. No, los tipos no deben subir. Y de hecho se tiene que
lograr que la inflación crezca al nivel del 2.0 %. Naturalmente, forzando que el ritmo de
crecimiento económico supere también claramente este nivel. Y sea estable en el tiempo. ¿Lo ven
posible? Si tienen dudas, ya tienen otro argumento más para poner a Japón como el ejemplo a
evitar.
José Luis Martínez Campuzano
Estratega de Citi
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