Una propuesta que solucionaría todos los problemas del BCE y de la eurozona

Capitalbolsa | 15 nov, 2014 09:29

Mario Draghi entiende que para evitar la deflación, el BCE no sólo debe revertir la disminución constante de su balance, sino impulsarlo en el orden de 1 billón de euros durante los próximos años.

Por otra parte, Draghi está limitado en cuanto a la política monetaria a seguir y el volumen de los activos que puede comprar sin probar los límites de su influencia sobre Berlín. En ausencia de los eurobonos, el BCE se metería en un atolladero político si fuera a comprar bonos del gobierno. La actual preocupación con engendrar un nuevo mercado de ABS con el fin de comprar sus activos, que en la actualidad no existe, huele a desesperación.
Mientras que el consejo de gobierno del BCE está buscando la manera de superar este problema operativo, los opositores de la QE meten otro palo en la rueda. Argumentan, no sin razón, que la experiencia de Gran Bretaña y Estados Unidos ha demostrado que la QE es ineficaz en el fomento de la inversión real, pero eficaz a la hora de inflar las burbujas de activos.
Por lo tanto, atrapado entre su problema operativo y las preocupaciones políticas, el BCE parece limitarse al papel de espectador de unas fuerzas deflacionarias que se extienden sin obstáculos. Es fácil resignarnos a esta parálisis. Pero es un error e innecesario. Hay algo que el BCE podría hacer para superar sus problemas, y recuperar la inversión, sin incrementar la deuda de los gobiernos y sin violar los tratados (incluidos los propios estatutos del BCE).
La propuesta la realiza un panel de expertos de la prestigiosa revista The Economist y se centra exclusivamente en la emisión de bonos del Banco Europeo de Inversiones (BEI). La idea es simple:
- Europa necesita desesperadamente un plan de inversión a gran escala que induzca el crecimiento.
- Europa está repleta de efectivo ocioso, ya que la gente tiene miedo a invertir en actividades productivas, por temor a  a que no haya demanda agregada una vez que las mercancías salgan de la línea de producción.
- El BCE quiere comprar activos de alta calidad con el fin de frenar las expectativas deflacionarias que resultan del anterior punto.
- El BCE no quiere tener que comprar los activos alemanes, italianos o españoles para que no sea acusado de favorecer a uno de esos países.
Entonces, ¿qué debe hacer Europa?
1. El Banco Europeo de Inversiones (y su división más pequeña, el Fondo Europeo de Inversiones) deben embarcarse en un programa de recuperación de la inversión en la eurozona que equivalga al 8% del PIB de la zona euro. El BEI se concentraría en proyectos de infraestructuras a gran escala y el FEI en la creación de empresas (PYMEs) que innoven tecnológicamente, investiguen en energía verde, etc.
2. El BEI y el FEI han estado emitiendo bonos durante décadas para financiar inversiones, para cubrir el 50% de los costes de financiación de los proyectos. Ahora deberán emitir bonos para cubrir la financiación del programa de recuperación de la inversión en su totalidad; es decir, eliminado la convención de que el 50% de los fondos provienen de fuentes nacionales.
3. Para asegurarse de que los bonos del BEI y del FEI no sufren el aumento de los rendimientos, como resultado de estos grandes temas, el BCE puede acudir al mercado secundario y comprar tantos de estos bonos como sea necesario para mantener el rendimiento en niveles bajos. Para estar en consonancia con su evaluación actual, el nivel de este tipo de QE podría establecerse en 1 billón de euros durante los próximos años.
En este escenario, el BCE promulga una QE mediante la compra de eurobonos sólidos. Los bonos emitidos por el BEI y el FEI se emiten en nombre de todos los Estados de la UE. De esta manera, la preocupación operativa sobre qué bonos comprar se alivia. Por otra parte, esta forma de QE respalda inversiones productivas directamente, en lugar de inflar instrumentos financieros de riesgo, y no tiene implicaciones en términos de las reglas fiscales europeas (ya que la financiación del BEI no va contra los déficit o la deuda de los Estados miembros).
Con la compra de grandes cantidades de bonos del BEI, el BCE puede, en colaboración con el BEI, ayudar a cambiar los ahorros ociosos (que actualmente deprimen los rendimientos en todas las inversiones) en actividades productivas. Esto sería equivalente a un New Deal europeo.
Uno podría decir que el BEI puede simplemente ser incapaz o no estar dispuesto a conjurar los proyectos de por valor de 300 mil millones de euros al año, porque está preocupado por su solvencia y debido a la falta de proyectos potencialmente rentables. Mi réplica es doble:
1. El Apoyo del BCE a los bonos del BEI garantizará que los rendimientos del BEI seguirán siendo ultra-bajos durante mucho tiempo, aliviando cualquier presión de las agencias de calificación crediticia.
2. Europa necesita desesperadamente inversión en energía (donde su competitividad está disminuyendo a un ritmo preocupante), el transporte y la infraestructura básica. En el corto plazo, la asociación BEI-BCE puede hacerse cargo de proyectos que los gobiernos fiscalmente en problemas han aparcado. Poco a poco, los nuevos proyectos vendrán de la mano de la inversión pública con un gran potencial para la inversión rentable, coronando la inversión privada en el proceso.


Carlos Montero
Lacartadelabolsa
Fuentes: The Economist

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