Europa debe actuar ahora para evitar la "década perdida"

Capitalbolsa | 05 oct, 2014 10:52

En conversaciones recientes - ya sea con la Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo, el Tesoro de Estados Unidos o el Fondo Monetario Internacional - un tema está acaparando toda la atención: las cosas en Europa están realmente mal y los responsables políticos parecen haberse quedado inmovilizados ante tal panorama.

Las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo están llegando al mercado, pero tan lentamente que no podrán evitar una desaceleración severa y tal vez incluso un aterrizaje forzoso.

La depreciación del euro, aunque es bienvenida, no será suficiente para sacar a la economía de su debilidad y se debe hacer más, tanto en términos de política monetaria como de reformas fiscales. El Banco Europeo de Inversiones está dispuesto a apoyar la inversión en infraestructuras, pero a una escala que en la actualidad parece demasiado pequeña para marcar diferencia.

Mientras tanto, el BCE va a implementar tan rápido como pueda su expansión del balance. "El problema es simplemente que puede que no haya suficientes activos que comprar", dice Scott Minerd, jefe de inversiones mundial y presidente de inversiones de Guggenheim Partners, en un artículo en Financial Times. "Mario Draghi, presidente del BCE, ha dejado claro que el BCE debe aumentar su balance por lo menos en 1 billón de euros  La realidad es que el BCE tendrá que comprar por lo menos otros 1,5 billones de euros en activos, e incluso eso podría no ser suficiente.

El programa de compra de valores respaldados por activos sólo alcanzará ente 250-450 mil millones de euros en activos en los próximos dos años. Más LTRO (o la más reciente LTRO condicionada) será un gran reto ya que los rendimientos de los bonos soberanos en Europa son tan bajos que una gran expansión del balance a través de este medio parece poco práctica. Tal vez habrá otros 500-750 millones de euros que comprar durante el próximo año o dos. La compra directa de deuda soberana podría resultar políticamente difícil, ya que muchos podrían interpretar esas compras como una violación del mandato del BCE y el asunto probablemente terminaría en los tribunales europeos.

La conclusión es que ninguna de las herramientas actualmente sobre la mesa conseguirá funcionar bien. Los responsables políticos no tienen uno o dos años para resolver esto. El balance del BCE se reduce prácticamente a diario y a medida que se contrae, la base monetaria de Europa se está contrayendo y poniendo presión bajista sobre los precios. Europa está claramente en peligro de caer en una trampa de liquidez, si no está ya en ella. La probabilidad de una "década perdida" como la vivida en Japón está aumentando rápidamente. El BCE debe actuar y actuar con rapidez.

¿Cómo afecta a los mercados? El reciente repunte de la renta fija de los Estados Unidos es materialmente diferente que cuando las tasas se acercaron al pasado 2 por ciento. Anteriormente, la Reserva Federal estaba gestionando activamente la curva de rendimiento para reducir los costos de endeudamiento a largo plazo con el fin de estimular la economía. El rally actual está causado por una ola deflacionaria masiva.

La abrupta caída de los precios energéticos y de las materias primas y las presiones competitivas sobre los precios de los bienes transables probablemente presionará la inflación, llevando al índice del consumo personal (la medida favorita de la inflación de la Fed) de vuelta hacia el 1 por ciento. Esto plantea la posibilidad de que cualquier subida de tipos en Estados Unidos no se producirá hasta 2016 o más tarde.

Con la caída de las expectativas de inflación y el relativo atractivo de los rendimientos del Tesoro de EE.UU. sobre los bonos alemanes y los bonos del gobierno japonés, es probable que las tasas de largo plazo continúen bien soportadas con poco margen para las subidas y en medio de una dinámica que podría empujarlas aún más a la baja desde los niveles actuales.

En la economía real, la disminución de los precios de la energía debería compensar el efecto de la reducción de las exportaciones, que apoya el crecimiento de Estados Unidos en el corto plazo. Esto ayudará a la renta variable a recuperarse de la reciente tormenta a medida que avanzamos en el cuarto trimestre, que por lo general es una temporada positiva para los mercados de acciones. Sin embargo, una posible subida sería una oportunidad de venta. Los resultados de las grandes empresas multinacionales se verán afectados por los cambios de las divisas y esto pesará en gran medida en los beneficios de las compañías del S&P 500 en el primer semestre de 2015.

Es demasiado pronto para tomar decisiones para el próximo año, pero los acontecimientos proporcionan presagios sombríos de lo que vendrá. Si lo que estamos viendo en Wall Street es el principio de un mercado bajista, podría ser que los acontecimientos en Europa solo sean un presagio de lo que se avecina para Estados Unidos. ¿Es demasiado tarde para cambiar estas previsiones tan negativas? Es difícil decirlo, pero el tiempo no está de nuestro lado."


Carlos Montero

Lacartadelabolsa


Fuentes: Scott Minerd es jefe de inversiones mundial y presidente de inversiones en Guggenheim Partners

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