¿Qué me estoy perdiendo?

Capitalbolsa | 25 oct, 2014 09:28

Las bolsas en las dos últimas jornadas han recuperado parte del terreno perdido en las semanas anteriores. De cualquier forma, la mayoría de analistas creen que los mercados se han quedado muy "tocados" y que después del rebote continuarán los descensos.

Para intentar anticipar la magnitud de ese proceso correctivo habría que contestar a esta pregunta: ¿Cuál son los motivos para estos descensos?
Gavyn Davies repasa en el Finantial Times los argumentos que ha dado la comunidad financiera para justificar las ventas. Argumentos que como veremos a continuación, no se ajustan en la mayoría de los casos a la realidad:
El siguiente gráfico muestra claramente que las principales clases de activos se han movido en la dirección de "reducir el riesgo", en consonancia con los indicios que sugieren una contracción de demanda de la economía a nivel mundial. Las acciones han caído (hasta los rebotes de los dos últimos días), los bonos han subido, las materias primas han descendido, los diferenciales de crédito se han ampliado. Dentro de los mercados de renta variable los valores cíclicos han sido los más perjudicados, mientras que los defensivos lo han hecho relativamente bien.
Estos movimientos sugerirían un deterioro general de la actividad económica, pero en realidad no ha sucedido así. Aunque ha habido revisiones a la baja de las previsiones del PIB de la zona euro, estas han sido compensadas con revisiones al alza en EE.UU. y en China. Las últimas predicciones para la actividad mundial se han mantenido firmes. Tal vez la desaceleración en la zona del euro ha aumentado la percepción del riesgo de recesiones en otras partes del mundo, pero no ha habido ninguna revisión a la baja  de forma generalizada de las proyecciones para el PIB global. De hecho, el equipo de economistas de JP Morgan, que rastrea los datos globales de actividad con detalle, dijo el viernes que había signos de incrementos en la tendencia de crecimiento del PIB mundial. Los mercados han estado claramente fuera de sincronía con el flujo de información a este respecto.
Lo que sí se ha producido ha sido una marcada caída de las expectativas de inflación. Esto también ha sido liderado por la zona euro, donde las expectativas de inflación en el mercado de swaps han comenzado a cuestionar la promesa del BCE de mantener la inflación cerca del 2%.
Los inversores se han vuelto muy escépticos acerca de la promesa de Draghi de que ajustaría la política monetaria para asegurar las expectativas de inflación en línea con el objetivo del BCE. A menos que el BCE sea capaz de alterar esta percepción drásticamente en un futuro próximo, la progresiva "Japonización" de la zona euro podría llegar a ser difícil de revertir.
Es difícil de negar que este factor ha sido importante a la hora de justificar las caídas en las bolsas, ahora bien, existe una razón mucho más benigna para el descenso generalizado de las expectativas de inflación, como es la disminución del 25% en los precios del petróleo desde el pasado mes de junio. Dado que esta caída ha sido provocada en gran parte por un aumento en el suministro de petróleo, actuará como un shock de oferta positivo para las economías importadoras de crudo.
Aunque algunos economistas pueden entender este escenario como negativo dado que podría forzar a subidas en los tipos de interés reales, la economía en su conjunto se verá beneficiada al reducirse el coste de las importaciones de crudo. Si las expectativas de inflación se mantienen, la crisis del petróleo debería ser beneficiosa.
Cuando los precios del petróleo cayeron con fuerza en 2009, la inflación global fue negativa durante un tiempo, pero las expectativas de inflación se mantuvieron estables en torno al 2%, y no hubo ningún daño a la recuperación económica. Esta vez, el PIB real es probable que se beneficie en torno al 0,5-1,0%, como resultado de la perturbación de la oferta del petróleo.
Tres factores por separado son los que justificarían las caídas de las bolsas:
Una reversión de las posiciones especulativas, lo que ha tenido efectos temporales sobre los precios de los activos
Un shock de demanda en la economía a nivel global y la deflación en la zona euro
Una crisis del petróleo que también será deflacionaria, pero que será expansiva para muchas economías.
Los efectos combinados de estos factores deberían favorecer a la renta variable, por lo tanto, ¿qué me estoy perdiendo? Quizás los mercados estén comenzando a reconocer que el estancamiento secular puede afectar a la economía a nivel global. Si es así, la reciente venta masiva en las bolsas podría haberse debido a una disminución de las expectativas de crecimiento del PIB a medio plazo para la economía mundial, aunque como señalaba anteriormente, esto no se ajuste a las últimas previsiones.
Puede ser también que los inversores estén empezando a dudar de que los bancos centrales tengan las armas necesarias para detener las fuerzas deflacionistas. Si los mercados empiezan a dudar de esto, han entrado en aguas mucho más peligrosas.

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