La revolución del shale gas, una nueva idea de inversión a considerar
1.- ¿Qué son el shale gas y el shale oil?
El shale o roca de esquisto es una formación sedimentaria que contiene gas y petróleo (shale gas y shale oil).
La característica definitoria del shale es que no tiene la suficiente permeabilidad para que el petróleo y el gas
puedan ser extraídos con los métodos convencionales, lo que hace necesario la aplicación de nuevas
tecnologías como el fracking, que consisten en inyectar agua a alta presión conjuntamente con la aplicación
de agentes de sostén (arenas especiales), lo que permite que los hidrocarburos fluyan hacia la superficie. Para
contactar con un mayor volumen de roca, se realizan perforaciones de pozos horizontales. Las nuevas
tecnologías de prospección y extracción permiten acceder a nuevos yacimientos y hacen posible la producción
de gas y petróleo en yacimientos ya conocidos cuya explotación no era económicamente viable anteriormente.
En consecuencia, la producción se incrementará sustancialmente en los próximos años.
2. ¿Por qué supone un nuevo paradigma en el sector energético?
El aumento de la producción de gas y petróleo supone un cambio radical
en las formas de producción y
consumo de energía. Las cifras actuales de producción, las proyecciones a
largo plazo y las reservas probadas
de hidrocarburos permiten afirmar que el proceso de cambio liderado por
EE.UU. es profundo y se encuentra
todavía en una fase inicial. Las cifras son elocuentes:
- EE.UU. ya es el mayor productor mundial de
gas natural: 66.500 millones de pies cúbicos
por día, equivalentes a un 20% de la
producción global y un 13,7% superior a la
producción de Rusia. Además, EE.UU. es ya el
3º mayor productor de hidrocarburos líquidos
tras Arabia Saudí y Rusia, con un crecimiento
de +33% en el período 2010-2013.
- La U.S. Energy Information Administration
(EIA) estima que la producción de gas
natural, impulsada por el shale gas,
aumentará +31% y que EE.UU. se convertirá
en el mayor productor de crudo en 2015.
- Este aumento de la producción implica que
EE.UU. será autosuficiente desde el punto de
vista energético, sustituirá sus importaciones
por produccion propia y comenzará a
desempeñar un papel relevante como
exportador. Aunque actualmente las
exportaciones de crudo están prohibidas, las
exportaciones de productos derivados del
petróleo crecieron +36% en 2013 y se prevé que EE.UU. comience a
exportar gas natural licuado en 2016.
3.- Los países y sectores más
favorecidos por este cambio energético y los amenazados.
EE.UU. será el país más beneficiado por esta revolución energética, por
ser el único que dispone actualmente
reservas abundantes y otros recursos necesarios para desarrollar la
producción: agua, infraestructuras, marco
regulatorio y avances tecnológicos (simulación en 3D, fracking y
know-how en extracción). En consecuencia,
esta energía contribuirá positivamente al crecimiento de la economía
estadounidense en los próximos años y
puede suponer una amenaza para los países miembros de la OPEP y Rusia,
que tendrán menor control sobre
los precios del petróleo. Los sectores que se beneficiarán en mayor
medida de esta tendencia son:
1) Productores de petróleo (upstream),
como las empresas que se dedican a la exploración y producción,
que tienen acceso a mayores recursos energéticos.
2) Usuarios de esa energía (downstream): Compañías petroquímicas,
refinerías y utilities están en
disposición de obtener ventajas competitivas por su acceso a una materia
prima de menor coste.
3) Infraestructura (midstream): compañías que construyen y controlan las
infraestructuras de transporte,
almacenamiento y transporte de gas y petróleo.
Aunque la influencia de
esta revolución energética sobre la economía y el mercado será positiva,
sí hay
sectores que pueden verse amenazados por el aumento en la producción de
gas natural: (i) Las compañías de
energía que tengan centrales de carbón sufrirán una pérdida de
competitividad. (ii) Las compañías de defensa
corren el riesgo de una disminución de sus ingresos en los próximos
años. El hecho de que EE.UU. se convierta
en un país autosuficiente desde el punto de vista energético puede
provocar que su interés en la estabilidad
geopolítica en Oriente Medio sea menor, lo que supone un riesgo para las
compañías de defensa.
4.- ¿Cómo se puede invertir en esta revolución energética?
La identificación de las mejores compañías estadounidenses en un sector
tan complejo tiene una gran
dificultad, por lo que un activo que consideramos conveniente para
invertir es el fondo de inversión Goldman
Sachs North American Shale Revolution & Energy Infraestructure
Portfolio, por las siguientes características:
Exposición en un 55% de la cartera a compañías de almacenamiento y
transporte (midstream) que
obtienen una corriente de ingresos creciente, basada en contratos cuyos
precios se incrementan
anualmente a una tasa basada en el aumento de los precios de producción.
Esto reduce la volatilidad ya
que estas compañías son menos vulnerables a las fluctuaciones en los
precios del petróleo y el gas.
Sólido rendimiento del fondo en el pasado: el fondo europeo lanzado en
abril de 2014 replica la estrategia
de inversión del fondo americano iniciado en marzo de 2013, que tiene
unos activos bajo gestión de 1.850
M$ y se ha revalorizado +28,9% en los últimos 12 meses y +16,4% desde
comienzos de 2014.
Experiencia del equipo gestor, que ha desarrollado una estrategia basada
en este tipo de activos con
resultados positivos desde finales de 2009: rentabilidad anualizada de
+27%, con una volatilidad del 12%
y unas pérdidas en los peores meses (mayo de 2010 y 2012) similares a
las del índice S&P500.
¿Cuáles son los factores de incertidumbre a tener en cuenta? Además del
riesgo que se asume al realizar
cualquier inversión en renta variable, derivado de la actividad
empresarial, la dinámica competitiva del
mercado y la volatilidad de las cotizaciones, el sector del shale gas se
puede ver afectado por la oposición de
una parte de la población al fracking, debido al riesgo ecológico
(posibles escapes, movimientos sísmicos,
contaminación de acuíferos). En nuestra opinión, en los próximos años se
irá completando el marco
regulatorio adecuado para que la actividad de fracking se realice con la
máxima seguridad posible, pero esta
regulación adicional no consideramos que ello implique un retraso en la
puesta en marcha de grandes
proyectos. En primer lugar, porque la mayor producción de gas natural
está contribuyendo a reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero y, en segundo lugar, porque la
opinión pública en los estados donde
se encuentran los mayores yacimientos como North Dakota (Bakken), Texas
(Eagle Ford) y Nuevo México
(Permian Basin) es claramente favorable al desarrollo de la industria
energética.
En definitiva, consideramos que la revolución energética será una de las
grandes tendencias del mercado en los
próximos años y que el fondo GS N. American Shale Revolution &
Energy Infraestructure Portfolio es una idea
de inversión adecuada para aquellos inversores con un perfil dinámico o
superior y un horizonte de inversión de
medio plazo (aprox. 5 años) que estén dispuestos a asignar una parte de
su patrimonio financiero (que no
superior al 5%) en una clase de activo aún poco conocida pero con
elevado potencial.
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