Carlos Montero
Las perspectivas a largo plazo nunca fueron tan sombrías
Abstraigámonos del corto plazo por un momento, y de si las bolsas van a subir o bajar mañana, la próxima semana, o de aquí a final de año. Abramos un poco el prisma, y miremos los mercados con mayor perspectiva.
En un interesante análisis publicado en el
FT, se muestra como el escenario más probable es que durante la próxima década los rendimientos
anuales del mercado de valores sean muy pobres. Eso se ve agravado porque el escenario para el
mercado de deuda no es mucho mejor. Tanto la bolsa como los bonos están caros. Por lo tanto, no hay
mucho sentido en rotar entre ambos activos.
El siguiente cuadro realizado por Cliff Asness,
el fundador de AQR Capital Management, muestra el retorno esperado a 10 años después de la
inflación, en cada momento del último siglo, para una cartera formada por el 60% en acciones y por
el 40% en bonos. Como vemos, la perspectiva a 10 años vista en el último siglo nunca ha sido tan
sombría.
En periodos de una década,
los retornos en acciones están dictados en gran parte por como de caras estaban en el principio del
periodo según su ratio CAPE, el cual compara las ganancias promedio de los 10 años anteriores y el
precio al que cotizan los valores o índices.Cuando el CAPE del S&P 500 se encuentra en zona de
mínimos, entre 5,2 y 9,6, el retorno medio en la próxima década es del 10,3% anual.
Cuando
el CAPE está en la parte alta del rango, el retorno medio es del 0,5%. Actualmente el CAPE es de
23,6, muy por encima de su media histórica, e implica un rendimiento del 0,9% anual en los próximos
10 años.
En cuanto a los bonos, que tienen una relación a largo plazo con la inflación, el
rendimiento real esperado es la rentabilidad del bono del Tesoro a 10 años menos la inflación
esperada para la próxima década. El número resultante ha estado cercano a cero.
Así que los
inversores a largo plazo tienen pocos lugares donde esconderse. Las acciones parecen caras en
relación con sus promedios históricos, aunque menos que los bonos, por lo que no hay ninguna razón
para cambiar de acciones a bonos.
Y en este escenario, ¿qué podemos hacer? El famoso gestor
de GMO Jeremy Grantham, señala que aunque los activos están ahora "globalmente caros", no están
siendo impulsados por la euforia de una burbuja. Grantham está ligeramente sobre ponderado en
acciones respecto a bonos, al considerar que estos últimos están más caros. Por otro lado, la
ausencia de burbujas plantea la posibilidad que los activos puedan seguir subiendo hasta formar una,
sobre todo en la renta variable.
Las valoraciones se mueven cíclicamente entre niveles de
sobrevaloración e infravaloración. No podemos afirmar que ahora las acciones estén sobrevaloradas,
por lo que es probable que tiendan a ese extremo en el futuro cercano. Ese será el momento de vender
nuestras posiciones compradas, y ponernos bajistas para aprovecharnos del siguiente ciclo hasta la
infravaloración.
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